La vida es movimiento y luz. Gracias a la luz vemos el espacio y los objetos, los recorremos, tocamos sus superficies, y como explica Platón en el Timeo, “sé estable un puente entre el observador y lo observado, y por ese puente viaja la luz desde los objetos a los ojos y de estos al alma”.

 "Vitae: vida y luz en la materia", está basado en la instalación escultórica, utilizando fundamentalmente el alabastro y la luz; y centrado en el concepto de la luz como un canto a la vida. 

Luz como origen de todo, como creadora de vida, como espacio y como calor. Luz como origen del universo, como explosión de partículas, como polvo de estrellas, como color y como definidora de formas. Luz intangible y luz tangible, invisible y visible, física y matérica. 

Es un baile con la luz y con la sombra. Una búsqueda incesante de un origen y de la conexión del individuo y el cosmos. De los contrarios y su conexión. 

Una inquietud: la observación de la naturaleza, de su belleza, sus misterios, sus enseñanzas y aprendizajes que nos invitan a pensar en su grandiosidad, y en nuestra posición y conexión como parte de ella. Búsqueda constante, Quaerere, de un origen, Abiogénesis; observando la vida, el universo y sus misterios, y guiándonos por la intuición. 

Es, por tanto, un recorrido para transitar la luz por sus distintas facetas, luz entendida como fenómeno físico, filosófico y estético.